Hoy 2 de diciembre de 2016 se ha estrenado, por fin, el último clásico animado de Walt Disney Animation Studios, Vaiana (Moana).
Iba a la sesión con un hype moderado, aunque debo reconocer que en estos últimos días las ganas por ver la película han aumentado de forma considerable. Las críticas especializadas no podían ser mejores, alzando a Vaiana como una de las mejores cintas del estudio y su éxito en taquilla en Estados Unidos era otro aliciente.
Mi primer acercamiento con la película fue con la banda sonora en versión original que llevo escuchándola desde hace días. Las canciones ganan mucho con las escuchas al igual que el épico score que no tiene nada que envidiarle al de Frozen, por ejemplo. Mi canción favorita es "You're welcome", interpretada por Dwayne Johnson, voz de Maui en inglés, y al escucharla en castellano mi primera impresión ha sido negativa, ya que la traducción es demasiado literal y parece metida con calzador, pero al ver la película, todo cobra sentido y ha acabado conquistándome, aunque sigo pensando que podrían haber hecho una mejor adaptación de la letra.
La primera mitad de la película ha sido emocionante, me he pasado todo el rato llorando y con la sensación de que iba a presenciar algo muy grande sin precedentes en el cine de Disney. Unos personajes principales que enamoran, una música espectacular y la animación más bella que jamás he visto, con unos fondos coloridos y espectaculares a la par que exóticos. Sin embargo, una vez que Vaiana, junto a Heihei, encuentra a Maui y comienzan su viaje, la película decae, el ritmo se relentiza y el nudo no engancha. Al igual que en una montaña rusa, una vez que todas mis expectativas estaban abajo, Vaiana se separa de Maui y la magia vuelve a inundar la película con escenas brillantes y un final visualmente espléndido. El problema es que por los altibajos de la trama, he salido del cine con un sabor de boca agridulce, algo que no me pasaba desde hace años con un clásico de Disney ya que las últimas producciones animadas de los estudios me habían parecido más redondas. Con esto no quiero decir que Vaiana me haya parecido mala, ni mucho menos, ya que posee algunas de las escenas más increíbles de toda la historia cinematográfica de Disney y si hubiese mantenido ese nivel, se habría colado en mi top 10 de películas a pesar que jamás pensé que un filme en CGI pudiese llegar a la altura de mis grandes clásicos en animación tradicional.
Una voz en mi cabeza me dice que el problema está en la perspectiva, ya que como espectador acostumbrado a los clásicos Disney esperaba cosas que me han faltado para denominar a Vaiana como película redonda, Es un filme que bebe mucho de Ghibli y si hubiera visto la cinta sin saber que es de Disney probablemente le haría una crítica completamente distinta, ya que a cada estudio o director le pido una cosa diferente según a lo que me tengan acostumbrado.
Vaiana: Una de las chicas más intrépidas de los estudios, fuerte, valiente y mucho más creíble que otros personajes femeninos de los últimos años. Admiro que una heroína pueda tener curvas para evitar el cliché de protagonista delgada al que estamos acostumbrados en este tipo de películas.
Cuando Vaiana es pequeña te la tienes que comer con patatas, ya que pocos niños Disney han sido tan adorables. Su forma de caminar, tropezándose es encantadora, además de la dulzura de su mirada, demostrando lo mucho que ha evolucionado la animación CGI en estos años, sobre todo si comparamos la forma de andar de los humanos con la que tenían en el año 1995 en el filme de Pixar "Toy Story".
También he salido muy satisfecho de la voz cantada en castellano de Vaiana, la ganadora de la primera de La Voz Kids, María Parrado hace un trabajo exquisito y no puede entender la cantidad de críticas injustificadas hacia ella, ya que si la actriz cantoral hubiese sido una anónima nadie habría puesto en duda su valía.
Maui: Este semidios de apariencia chulesca y despreocupada tiene más corazón y sentimientos de lo que se ve a simple a vista. Aunque nunca me ha entusiasmado su diseño, su personalidad me ha encandilado, a pesar de que han pasado de puntillas sobre su desolador pasado y su principal problema que es la búsqueda de la aprobación y cariño de los demás.
Cabe destacar el cuerpo de Maui con sus tatuajes que cobran vida y cambian de posición como si fueran cuadros del mundo de Harry Potter. El mini Maui es el contrapunto del semidios y hace las veces de conciencia como Sven con Kristoff en Frozen.
Heihei: Un gallo con un diseño muy básico y con una personalidad inexistente que parecía que no iba a aportar nada a la historia, protagoniza algunos de los momentos más divertidos de la cinta.
Púa: Un personaje con un diseño entrañable y muy expresivo que pasa a ocupar la gran lista de personajes desaprovechados de los estudios, ya que ni siquiera acompaña a Vaiana en su travesía por el océano, quitándole muchos minutos en pantalla.
Abuela Tala: Al igual que la Abuela Sauce de Pocahontas o Tanana de Hermano Oso, esta entrañable anciana le ofrece a la película su lado más espiritual sirviendo de brújula y guía para su protagonista. Su punto de locura es a veces cómico, pero su reencuentro final con Vaiana es uno de los momentos más épicos de la cinta y del cine de animación de los últimos años.
Tui y Sina: Los padres de Vaiana tienen un protagonismo relativo en la película. Tui, es muy protector con su hija y la relación que mantiene con ella me recuerda mucho a la de El Rey Tritón con Ariel, pero al contrario, ya que Tritón no permite que su hija se aleje del mar y Tui no quiere que Vaiana se acerque.
Te Ka: Es la villana de la historia aunque no tenga mucho protagonismo presencial. No es una malvada al uso, ya que recuerda mucho al espíritu del bosque de "La Princesa Mononoke", un ser que da vida, pero cuando le arrebatan una parte importante de su ser, siembra destrucción a su paso.
La parte más prescindible de la película es la entrada de Vaiana y Maui en la cueva de los monstruos para recuperar el anzuelo mágico del semidios y aparece en escena Tamatoa, un cangrejo gigante. No solo el personaje es absurdo, su canción también es la peor de toda la película y no aporta nada a la trama.
En definitiva, nos encontramos con la película más arriesgada y con más calidad en cuanto a lo visual de Disney, pero tiene pequeñas carencias que la impiden convertirse en la obra maestra que estaba destinada a ser.
Nota: 9/10