¡Hola a tod@s!
Ya está aquí el tercer capítulo de Daren. El Emisario de la Muerte, antes que nada quiero informaros que la novela está registrada y que no se puede copiar la totalidad o parte de su contenido.
También os quiero agradecer el apoyo con la novela y las continuas muestras de afecto que hemos recibido con los primeros capítulos. Si aún no los habéis leído, podéis hacerlo en los siguientes enlaces:
00 - Prólogo
01 - Tasardur
02 - Convalecencia
Si preferís, podéis acceder a los capítulos a través del blog oficial de la novela: http://darenelemisariodelamuerte.blogspot.com.es/2014/02/capitulos_15.html
00 - Prólogo
01 - Tasardur
02 - Convalecencia
Si preferís, podéis acceder a los capítulos a través del blog oficial de la novela: http://darenelemisariodelamuerte.blogspot.com.es/2014/02/capitulos_15.html
Como dijimos con los anteriores números, se trata de un texto completamente virgen, es decir, que aún no ha sido editado por ningún profesional y si hay algún error sintáctico pedimos disculpas, pero lo que realmente nos importa es que la historia y los personajes os atraigan.
¡Esperamos vuestros comentarios aquí o en el blog de Daren! ¡Muchas gracias!
CAPÍTULO 3
EL EMISARIO DE LA MUERTE
Conocía el camino de memoria y es que no siempre tuvo
su moto. El recorrido que iba a hacer hoy era habitual en los días en los que
se sentía enfadado, intranquilo o nervioso. Con la capucha solo veía el suelo,
pero era lo único que necesitaba ver, por ahora.
Muchos
no comprenderían lo que sentía, pero si quería afrontar su miedo, nada mejor
que eso. Necesitaba gente, multitudes, estar rodeado del mayor número de
personas posible, que no supieran quién era, ni de dónde venía, gente que solo
pasase por su lado, sin preocuparse de lo que le ocurría, de ese cuerpo que él
notaba extraño y de esas nuevas sensaciones que estaban a punto de volverle
loco.
Solo
tuvo que pasar el viaducto para encontrar lo que deseaba y es que, como
cualquier sábado al mediodía, el centro de la ciudad estaba repleto de
turistas. Los accesos a la Almudena y al Palacio de Oriente eran un hervidero.
Daren intentó dirigirse hacia la plaza contigua, pero nada cambió y con la
capucha bajada era muy difícil no chocarse con alguien, pero extrañamente no lo
hizo. Su cabeza estaba rebosando de la cantidad de información que le faltaba
por asimilar y es que por sus oídos entraban las voces de todas y cada una de
las personas hablando en decenas de idiomas y con su nariz podía percibir
cientos de olores que le rodeaban, no obstante, un sentimiento más raro aún se
estaba apoderando de él. Aunque mirara al suelo y solo viera los baldosines y
los pies de las personas que iban y venían, el joven percibía ciertas
sensaciones que le permitían prever el rumbo que iban a tomar aquellas personas
o en qué momento iban a girar. En su mente se iba creando una realidad paralela
con todas las percepciones que le llegaban, que era tan parecida a la real que
no tenía problemas para caminar sin alzar la cabeza.
Cuando
llegó a la Plaza de Isabel II, sus pies le condujeron solos a la calle Arenal
en dirección a uno de los puntos más concurridos de la ciudad, la Puerta del
Sol. Con solo poner un pie en la transitada calle, el agobio se empezó a
apoderar de él. Era tal la marea de gente que intentaba atravesar la vía, que
muchas personas andaban lentamente mientras dejaban caer de forma leve su
cuerpo sobre el que estaba delante para evitar cualquier traspié. Sin embargo,
a Daren no le afectaba a la hora de continuar su camino a paso ligero
esquivando a los transeúntes que se ponían en mitad de su trayectoria. Sabía
que era una locura, pero cuánto más gente hubiera, más posibilidades tendría de
despejar su mente y calmarse, pero en esta ocasión le estaba costando
demasiado.
En
cuanto llegó a Sol, un pitido en su muñeca le hizo perder la concentración. Era
su reloj. Levantando la mano, lo alcanzó con la vista y en vez de mostrar la
hora, una foto de su niñera ocupaba la pantalla. Le estaba llamando. Tenía el
auricular en el bolsillo, pero no era momento de hablar con nadie. Estaba solo
entre tanta gente. Solo con sus problemas. Y es que, ¿acaso podría confiarle a
alguien lo que le estaba pasando? ¿Podría desahogarse con alguien y contarle lo
que estaba sintiendo? Solo podía confiar en Yera y Nana Dori y su novia creyó
que tenía estrés por el accidente cuando le habló de aquel ser, e incluso
dudaba que su niñera siguiera confiando en que vio unos ojos color miel antes
de ver muerto a su hermano. No, ahora no podía pensar en eso. En sus puntos
débiles. Debía dejar la mente en blanco para poder enfrentarse a lo que estaba sucediendo.
¿Qué
hora sería? Intentó mirar al cielo para descubrirlo pero prefirió seguir con la
cabeza agachada. Desde muchos rincones de la plaza le llegaban grandes
destellos de luz, que bien podrían ser reflejos de las cristaleras de la plaza
o personas codificadas. Pero no era el momento de descubrirlo. Sería difícil
soportar ver a otra persona así y lo que necesitaba era tranquilizarse. Daren
frenó para ver sus posibilidades y la Gran Vía le ofrecía también ingentes
cantidades de personas, por lo que se dirigió a la calle Montera.
Daren
estaba acostumbrado a las señoritas que ofrecían sus servicios a ambos lados de
la calle y las aglomeraciones que se formaban en esa zona comercial, pero una
nueva sensación recorrió su cuerpo.
- "¡No huyas!" - Una voz
sibilina recorría cada uno de sus poros, poniéndole el vello de punta. ¿Le
habría reconocido alguien de la universidad? ¿Quién sabría que estaba huyendo?
¿A tal grado había llegado su locura? Se paró en medio de la calle con la
cabeza todavía agachada, intentando percibir algo raro. Pero cada persona
seguía su camino sin fijarse en él. Su cabeza se estaba volviendo a apoderar de
él y era él quién tenía que tomar el control. Cuando intentó retomar la marcha,
de nuevo esa extraña voz se adueñó de su cuerpo.
- "¡Enfréntate a lo que eres!"
- Esta vez sí pudo percibir la procedencia de la voz, lo que le puso todavía
más nervioso. La voz estaba dentro de él, en su cabeza, le llegaba directamente
sin pasar por sus oídos. Daren comenzó a entender que esa vuelta por el centro
no había sido buena idea, pero ahora no podía echarse atrás. Tenía que continuar
su camino sin importar a dónde le condujese.
Una
vez que llegó a Gran Vía tomó rumbo a Cibeles a un paso todavía más acelerado.
El reloj volvía a sonarle pero esta vez ni siquiera se paró para descubrir
quién le llamaba. Solo tenía que seguir hacia adelante. Sin rumbo, pero sin
pausa.
.
- ¿Qué no puedo correr? ¡Párame! - A
una velocidad inusitada, alcanzó la bifurcación entre Gran Vía y Alcalá,
dirigiéndose raudamente hacia la estatua de la diosa Cibeles. La velocidad le
recordó a cuando disfrutaba sobre su moto y
la adrenalina calmaba su ánimo y relajaba su mente. Pero entonces
ocurrió algo macabro a la par que alucinante.
Taladrantes
campanadas atronaban sus oídos. Sentía como si tuviese un campanario entero
dentro de su cabeza, pero no eran campanadas de alegría ni de fiesta. Más bien,
era un clamor, un toque de difuntos. Daren no pudo más que arrodillarse en el
suelo e instintivamente se llevó las manos a los oídos sin darse cuenta que el
sonido no venía del exterior. Las campanas sonaban cada vez más fuerte y Daren
cayó rodando al suelo, creyendo que la cabeza iba a explotarle. Sin embargo, en
el mismo momento que llegó a su límite, el sonido cesó, pero no solo las
campanas, sino todo.
La
primera sensación fue la de haberse quedado sordo, no oía nada, ni coches, ni
las personas, ni los pájaros, todo a su alrededor se había quedado en mute. Y
de repente, un sonido demostró que no sufría de sordera. Era un crujido que
venía de las entrañas de la Tierra. El sonido del suelo desgajándose y
abriéndose. Un terremoto. La calle se abría y las imágenes de los coches y las
personas frente a él caían hacía abajo, como un dibujo que se diluye. Daren
corrió hacía una de las aceras, pero otro sonido le preocupó más y le hizo
quitarse la capucha y por primera vez desde que salió de su casa, levantó la
vista al cielo.
El
sonido provenía de la Victoria Alada, la estatua que separaba las calles Alcalá
y Gran Vía. Desde lo alto del edificio, la portentosa imagen estaba crujiendo y
se intuía un grito sordo queriendo salir de su interior. Pero para terror de
Daren, la estatua comenzó a eclosionar, como si fuese el huevo de un ave. Se
quebraba y los trozos de la Victoria Alada caían de forma estruendosa sobre la
calle. Un conocido humo morado salía de las partes liberadas de la estatua,
hasta que los pedazos que quedaban en pie se rompieron en mil añicos,
descubriendo el origen de las voces en su cabeza: Saeros.
En
cuestión de segundos voló desde lo alto del edificio Metrópolis, en dirección a
un Daren aterrorizado que pese a intentar correr, tropezó con una de las
grietas del suelo y cayó, dando la vuelta en el asfalto, para con las manos
protegerse de lo que fuera a venirle encima. No obstante, el ser aterrizó a
pocos metros de él, realizando el resto del trayecto por el suelo, moviendo
ampliamente las caderas.
- ¡Guau! ¡Menuda entrada! ¿La tenías
muy ensayada, no? - ¡Imbécil! Otra vez le perdía su boca.
- ¿Salengi? - Saeros miró a la
serpiente que se enroscaba en su brazo. - ¿No le dejamos claro a este joven que
no nos gustan los chistosos? - Se tocó el mentón en un gesto dramático y gritó
- Parece que no le ha quedado lo suficientemente claro.
Saeros,
en un abrir y cerrar de ojos, colocó su cara a escasos centímetros de la de
Daren y le mostró dos filas de afilados dientes. Daren volvió a temer lo peor y
cerró los ojos, manteniendo uno medio abierto para visualizar a su oponente. La
cara de Saeros se iba deformando, manteniendo fijos los dientes frente a Daren.
Todo el rostro se echaba hacía atrás hasta formar las fauces de un gran león,
que sin siquiera poder preverlo, emitió un estruendoso y maloliente rugido ante
la cara del joven, haciéndole que intentase retroceder arrastrándose con las
manos.
- Lección uno: ¡No se juega con tu
amo! - La cara de Saeros volvía a su estado normal, aunque Daren no sabía si lo
prefería transformado o al natural - Me queda mucho por aprender de ti.
¡Salengi, apunta! El novato no pilla bien las indirectas - La serpiente movía de
un lado a otro la cabeza como si estuviese escribiendo al aire el dictado de su
dueño - ¡Vale, lo reconozco, me gustan estos numeritos de destrozar las calles
y provocar catástrofes, pero oye, no me eches a mí la culpa! Si hubieras
cumplido con tu cometido después de la primera señal y de la segunda y de la
tercera, lo podrías haber evitado, pero en fin...
- ¿Qué quieres de mí? - dijo Daren
temblando desde el suelo con la poca voz que le salía.
- ¿Que qué quiero? ¿Me estás preguntando
que qué quiero? - El ser cogió a Daren de la camiseta levantándole con gesto
amenazador y lo depositó suavemente para que se mantuviera de pie en el suelo,
quitándole el polvo que se le acumulaba en los hombros. - Veamos, qué tal si te
dijese que sólo quiero un poco de agradecimiento. No es mucho pedir después de
todo lo que le he dado, ¿verdad que no, Salengi? - La serpiente volvía a mover
la cabeza negando de un lado a otro, confirmando que entendía perfectamente las
palabras de su dueño.
- Lo siento, pero estoy perdido,
necesitaría un mapa o un GPS.
Los
ojos de Saeros hervían de fuego y cogiéndole fuertemente de los brazos, lo
elevó hasta el cielo, muchos metros por encima de cualquier edificio de la
ciudad.
- ¡Oh, mira su cara descompuesta¡
¿No le tendrás miedo a las alturas? - El ser reía malvadamente mientras le
dejaba que resbalase poco a poco. Daren intentaba agarrarse a él para no caer,
pero su capa era muy correosa, y quedó con los pies colgando apoyado únicamente
por la mano de Saeros. - ¡Qué pena que tengamos que soltar lastre! - dijo el
ser con una cara fingida de tristeza. - Disfruta del paisaje mientras caes
¡Ataca Salengi! - La serpiente recorrió el brazo del ser hasta llegar a la mano
de Daren y un segundo antes de que le mordiese, el joven se soltó, sintiendo un
gran vacío ante sus pies. Pataleaba, chillaba y el segundo que tardó en llegar
al suelo se le hizo eterno. Pensó en Said, en Yera y en Nana Dori, en sus
padres, y hasta en Saeros, no comprendía porque le hacía esto.
El
impacto fue brutal, notó como el golpe recorría todo su cuerpo como si fuese
una gran onda y el dolor inaguantable le invadía por completo, aquello debía
ser estar muerto de verdad, pero se sentía consciente. Pese a que le dolían las
manos, intentó incorporarse e increíblemente se levantó. Comenzó a explorarse
por todo el cuerpo, comprobando que aunque se había roto el pantalón vaquero y
la cazadora de cuero, no tenía ni un rasguño.
-¡Estoy vivo! ¡Estoy vivo! - Daren
comenzó a dar saltos alrededor de sí mismo, mientras Saeros descendía de las
alturas lentamente, levantándose la capa como si tuviera miedo de pisarla.
- Espero que después de esto se te
quede grabada la primera lección y que te muestres un poco agradecido. Tomaré
ese baile tan absurdo tuyo como un "Gracias" y te respondo "No
hay de qué"
- ¿Agradecido? Pero si me has tirado
y por poco me matas - Le gritó Daren desesperado.
- Este chico no es muy despierto,
¿verdad? - Saeros miraba atónito a su serpiente que todavía se relamía tras no
haber podido morder la mano de Daren. - Tú mismo lo has dicho. ¿Rebobino?
"Por poco te mato". Has caído al suelo desde una altura de ¿cuánto? -
Se preguntó el ser mirando hacia arriba. - ¿500 metros? Y mírate, ahí sigues
vivito y coleando, y para mi desgracia diciendo solo tonterías. ¿No te das
cuenta de lo que te he dado, además de la oportunidad de vivir de nuevo?
- Así que fue verdad - Daren no
hacía más que mirar arriba y abajo atónito y palparse una y otra vez. - Estuve
muerto.
- ¡Bingo! Salengi, recuérdame que en
la próxima evaluación le pongamos un “Necesita Mejorar” a este muchacho, porque
entre tú y yo tiene muy buen cuerpo - dijo bajando un poco la voz como si Daren
no estuviera delante – pero creo que tiene la cabeza vacía. - La serpiente
miraba hacia el lado opuesto de su dueño, enfadado por haberle quitado tan
exquisito bocado.
- Pero, ¿cómo es posible que siga
vivo? - Daren continuaba asombrado.
- ¿Tras morir o tras caer desde lo
alto? - Le respondió Saeros mientras hacía que se quitaba suciedad de una de
sus largas uñas.
- ¿Ambas? - Respondió tímidamente
Daren, con la sensación de no comprender nada.
- Digamos que para las dos existe
una única respuesta: Gracias a mí. Repasemos - dijo el ser andando de un lado a
otro como intentando recordar - Moriste. Oh, sí, qué pena, lágrimas, llantos,
drama, etcétera, etcétera. Viniste a mí, como hacen todos los muertos, claro
está. Veamos, veamos. Sí, tuve la oportunidad de tomarte, porque créeme tienes
un alma muy pura, pero vi tu físico y esa cara y dije, chico, porque vas a
desperdiciar algo tan bueno, si puedes tenerlo para algo mucho mejor. - Sus
dedos se entrelazaban rítmicamente esperando que las ideas que había lanzado al
aire, fuesen cogiendo forma en la mente del chico.
- Vale, entonces, me devolviste la
vida ¿para qué? ¿Para meterte en mi cabeza y torturarme hasta que pierda el
sentido?
- Salengi, recuérdame al llegar a
Tasardur que me tome una pastilla. Este chico me levanta dolor de cabeza, y eso
que no me duele nada - Saeros se llevó las manos a la cabeza pensando cómo
hacer que el joven entrara en razón. - Tienes pinta de que necesitas que
vayamos pasito a pasito - Dijo mientras se acercaba y le agarraba de un hombro.
- Volviste a la vida, porque una vez muerto, me perteneces y como creo en tu
potencial, no lo quería desperdiciar. Tengo cientos de servidores por todo el
mundo y tú ya formas parte de ellos. ¿A qué estas más contento?
- ¡Muchísimo! - dijo Daren
irónicamente aún sin comprender. - ¿Y qué se supone que tengo qué hacer?
- Usar los dones que te he dado -
Saeros intentó que su cara reflejase una sonrisa, pero solo consiguió torcer el
gesto.
- ¿Oír voces y ver a gente a rallas
son dones? Casi preferiría belleza, una melodiosa voz y quedar dormido en un
profundo sueño.
- Oh, pequeño mío - le dijo Saeros
pasándole la mano por la cabeza y despeinándole. - Te quedas en lo superficial
y en lo incómodo, hasta que lo domines. Pero lo que yo te he dado es mucho más
grande, te he cedido parte de mis poderes, y eso ya es mucho.
- ¿Dime que no me crecerá la uña ni
se me pondrán los dientes afilados, por favor, por favor? - Le suplicó Daren
intentando agarrarse a su capa sin éxito.
- Recuerda la caída - le dijo un
Saeros que estaba empezando a malhumorarse de verdad. - No has muerto, ese es
tu primer don. Eres inmortal y por ti nunca pasará el tiempo, seguirás siendo
un joven de 20 años toda tu vida, si me sirves fielmente, claro está. Oye, no
me digas que no es una pasada, hay muchos que darían todo lo que tienen por eso.
- ¡Vaya! - Daren comenzaba a mirar
su cuerpo de manera distinta. - ¿Y el resto, el oído, la visión, qué me pasa?
- Son tus armas, querido. Las que
utilizarás para tus oscuros propósitos. Te he dotado de un oído agudo y unos
sentidos más avanzados de lo normal, podrás correr a más velocidad, más
ágilmente, reconocerás olores imposibles para el resto de los humanos, y eso no
es del todo grato, depende de al lado de quién te pongas. Digamos que tienes
todas las prestaciones de un guerrero.
- ¿Y la gente rallada también forma
parte de esos sentidos?
- Eso es última tecnología,
inventado y patentado por un servidor - dijo Saeros haciendo una gran
reverencia - Es mi lista de deseos - Saeros veía la cara de incógnita que se le
estaba quedando a Daren conforme hablaba. - Perdona, eres corto, lo olvidaba.
¡Salengi¡ ¿Por qué no me recuerdas estas cosas? A ver cómo te lo hago entender.
¡Ya está! ¿Te acuerdas de cuándo estuviste en Tasardur?
- ¡Cómo olvidarlo! - dijo Daren
mientras un escalofrío recorría todo su cuerpo.
- ¿Recuerdas toda esa montaña de
cadáveres putrefactos e infectos? Muertos cualquiera, almas pútridas que solo
sirven para alimentar a mis alimañas. Pero después están las almas de las que
me alimento y que me hacen cada vez más y más poderoso. Pues esas son las que
ves codificadas, pero claro, no todas de golpe, ya que tu cabecita no lo
soportaría sino de una en una. Sé que estos días has visto muchas pero solo
será hasta que te acostumbres.
- Para el carro, ¿se supone que yo
tengo que alimentarte de personas? - le dijo un Daren anonadado.
- De almas puras, para ser más
exactos. Las otras me sientan mal - le respondió Saeros tocándose la tripa.
- ¡Tú estás loco! Y, ¿cómo se supone
que te las voy a llevar, a través de un túnel mágico? - Para su asombro Daren
vio como Saeros se llevaba una uña al cuello y como de una pasada rápida lo
movía de lado a lado. - ¿Matarles? No, yo no soy ningún asesino y menos un
sicario a las órdenes de un ser con ínfulas de poder.
- Sicario, no. Técnicamente serás
uno de mis emisarios de la muerte, repartidos por todo el globo para traer
hacia mí los bocados más suculentos de la humanidad. ¿Es poco lo que pido a
cambio traerte de nuevo a la vida, no crees?
- Preferiría estar muerto. - Cada
vez que pensaba en lo que ese ser le estaba pidiendo, más asco le producía a
Daren, no podía ser que esto le estuviese pasando a él.
- ¡Ah, sí, querida Salengi! ¡Cuántas
veces hemos visto esta escena antes! ¡Un valeroso ser humano que elige la
muerte antes que matar! ¿Valentía o cobardía por no querer enfrentarse a su
destino? Yo creo que lo segundo. - La serpiente asentía con su cabeza ante las
palabras de su dueño. - Normalmente la opción A es servirme sin rechistar y la B
es morir, pero en tu caso replantearemos tu situación. - Levantó un brazo con
la mano abierta y Daren notó como una fuerza producía que colocase las manos
hacia atrás inmovilizándole. Lentamente se fue acercando hacia él cogiéndole el
mentón con la mano. Daren no pudo quedarse mirando esos ojos que desprendían
fuego.- Con lo bien que lo podríamos pasar los dos juntos, o yo solo.
¿Recuerdas mi uña y cómo se clavaba en tu espalda? - Le dijo mientras levantaba
el dedo. - Ya que vas a estar rodeado de muerte, estaría bien que comprendieras
cómo funciona y que hay cosas peores que la misma muerte. Siendo inmortal
podría infligirte mucho dolor durante bastante tiempo y seguirías vivo. - Cerró
su mano cerca del pecho del chico y presionó fuerte. Repentinamente un dolor
agudo como una gran puñalada se adentró en Daren. Era el dolor más fuerte y
profundo que nunca había sentido, haciéndole caer al suelo de rodillas, pero
Saeros no apartó su mano del pecho del chico. Pese a ser un dolor tan profundo,
sabía cuál era la otra opción y eso era suficiente, para no flaquear. Y
reuniendo todo el valor que pudo se atrevió por primera vez a mirarle fijamente
a los ojos.
- Puedes torturarme todo lo que
quieras. Nunca mataré a nadie para ti. - Saeros vio la determinación en los ojos
del chico y aflojó la mano de este, que empezó a respirar aliviado por el fin
del dolor y al creerse victorioso, pero nada más lejos de la realidad. Saeros
se alejó un poco, haciendo el gesto de lavarse las manos.
- Nunca digas de este agua no beberé.
Continúa habiendo cosas peores que la muerte. - Una mueca malvada cruzó la cara
de Saeros. - ¿Verdad que nos hemos fijado en dos chicas estos días, Salengi? -
La serpiente asentía y sacaba la lengua como relamiéndose. - Esa novia
pelirroja tiene pinta de estar muy sabrosa, ¿a que sí? Y la mujer rechoncha que
te cocina y te limpia ha de tener un alma muy pura. Pobre niñito, 20 años sin
saber hacerse la cama y va a tener que aprender cuando nos la llevemos antes de
tiempo. - Mientras con una mano acariciaba la piel de la serpiente, con el
rabillo del ojo iba viendo como la fuerza en los ojos de Daren flaqueaba y su
decisión no era tan firme como antes. - Respóndeme una última pregunta antes de
declinar mi oferta: ¿Serías capaz de echarte a la espalda la vida de otros dos
de tus seres queridos? ¿Puede para ti más el dolor de matar a personas
desconocidas o la culpa de haber sido responsable de la muerte de toda la gente
a la que amas? ¿Podrías aguantar una vida de lamentaciones sabiendo que serás
inmortal y que ninguna manera de suicidio te será útil?
Tocado
y hundido. Las palabras de Saeros hicieron mella en el muchacho que no pudo más
que reconocer que había perdido. Ese ser diabólico sabía cuáles eran sus puntos
débiles y no le quedaba otro remedio que servirle si quería que Yera y Nana
Dori siguieran a salvo.
- Dime qué tengo que hacer - dijo un
Daren desolado.
- ¿Ves? No era tan difícil llegar a
un acuerdo. Ya irás viendo que soy muy razonable. Veamos, a partir de ahora,
comenzarás a hacer caso a las señales y le quitarás la vida a todos aquellos
señalados, que vendrán a mí para poder saciarme. Tu objetivo será claro,
tendrás que mantener contacto con ellos y hacer que pierdan la vida, pero eso
sí, debe parecer un accidente, nada de armas ni pruebas. Y recuerda, solo
aquellos a los que les vas a quitar la vida podrán verte en el momento final.
El nuestro es un gran negocio, gracias a la discreción y no queremos levantar
sospechas. El más mínimo error y pasarás un tiempo aislado y aleccionado. Tú
has sentido en tus carnes mis lecciones, ¿no?
- ¿Y cómo se supone que le voy a
quitar la vida a alguien sin usar un arma? - le preguntó Daren desde el suelo,
sin ni siquiera mirarle.
- No te hagas el tonto conmigo. Sé
que tienes mucha imaginación y un instinto nato. Cuando llegue el momento
sabrás cómo hacerlo. - Saeros se fue alejando rápidamente del muchacho como si
se hubiera entretenido demasiado con él. - Espero no verte pronto. Eso
significará que estás haciendo bien tu trabajo. - Y con un chasquido de sus
dedos se esfumó, quedando solo ligeras briznas de humo morado.
Daren
tuvo que estar atento a sus instintos y rodar por el suelo, para que un coche
no le atropellase. En el momento en que desapareció Saeros toda la calle había
vuelto a cobrar vida. No había rastro de terremoto y la Victoria Alada volvía a
erguirse orgullosa sobre el edificio Metrópolis. Todo seguía como si nada
hubiera pasado y Daren deseó que en su interior ocurriese lo mismo, pero era imposible, después de todo lo vivido.
Ahora
sabía que nada era un sueño, que todo era realidad y que lo que le esperaba en
su vida no era nada halagüeño, pero no tenía opción si quería seguir con vida,
y los más importante, que las dos razones de su vida siguieran estando en ella.
El
camino de vuelta se hizo más duro que el de ida. El peso en el corazón de Daren
era más grande. Instintivamente, miró a la Victoria Alada, mientras subía por
Gran Vía y le dio la impresión que le observaba. Aceleró el paso, pues por nada
del mundo quería volver a encontrarse con ese ser, ya que aún persistía un
fuerte dolor en el pecho y en todas sus articulaciones por la caída. Su casa
ahora mismo sería su refugio y no sabía si pronto podría encontrarlo en alguna
otra parte.
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Desde
lo alto de uno de los edificios de Gran Vía, Saeros se apoyaba sobre el pie de
la estatua de Ganímedes mientras observaba como Daren se alejaba de vuelta a
casa. Había conseguido su objetivo, pero no se fiaba de la lealtad del
muchacho.
- Quiero que desde ahora le
mantengas vigilado - le dijo a una sombra que quedaba tapada tras las alas del
ave fénix sobre el que Ganímedes se apoyaba. - Y me informes de cada uno de sus
pasos. Este chico puede jugárnosla y habrá que atarle en corto.
¡ Genial el capitulo! A mi Saeros sigue sin convencerme del todo, pero queda genial con Madrid de fondo. Ademas me ha sido muy facil imaginarlo, ya que vivo cerca de esa zona.
ResponderEliminarJejeje vaya, yo también vivo cerca (bueno, antes de la mudanza xD)
EliminarIncreivle el capi!!!!! Ya quiero que avance mas la historia.
ResponderEliminarGracias por comentar;)
EliminarGran capitulo. ¿Que decia yo? Saeros iba a ser un gran villano en esta pelicula. Ya quiero ver el papel que se le asigna en D.E. Ahora el pobre Daren va a tener que matar a cambio de que el y sus seres queridos sigan con vida. Que tortura :O . Aunque yo hubiera preferido morir, porque si Saeros no las mataba a Yera y a Dori, la vejez lo iba a hacer, y Daren iba a seguir siendo inmortal. La verdad no se si Yera y Dori tambien tienen inmortalidad. Este capitulo fue escalofriante y asombroso. Por fin nos queda claro cual es el objetivo de Saeros para con Daren (aunque ya venia citado en el epilogo jaja). Felicitaciones y saludos!
ResponderEliminarHay que ponerse en la tesitura de Daren.. si a uno de nosotros nos amenazaran con matar a nuestros seres queridos creo que haríamos cualquier cosa para impedirlo jeje.
EliminarMuchas gracias por comentar y me alegra que te haya gustado crack!!
Lobo
ResponderEliminarpues en este capitulo han pasado poquitas cosas en comparacion con los anteriores, pero han sido alucinantes, me ha gustado mucho, me ha encantado.
durante su "huida" habria molado que uno de esos cabeza-invisibles con gorra y gafas se le hubiera cruzado, anda que no me dieron por saco a mi cuando fui a madrid. las referencias a disney han sido clarisimas jaja, prefiero la belleza y melodiosa voz jajajaja, y a saeros saliendo de la estatua tambien.
en serio, daren esta para PAM, PAM en cada moflete. tio, callate, que te entraran moscas o las alimañas que tenia saeros en el suelo de tasardur. ahh, olvidaba que no era muy listo, por que no me lo recuerdas salengi? XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
y ahora mis conclusiones: lo sabia, lo sabiaaaaa, acerte en lo de las personas codificadas, era mas probable eso de que fueran otros emisarios, sino el niño aquel habria vuelto la balanza a su favor.
mira, yo sigo sin fiarme de esa enfermera negra, no se por que, pero me da muy mala espina, seguro que es ella la persona misteriosa del final de este capitulo, otra emisaria de la muerte, porque yera es infimamente probable que sea, y nana dori imposible. otro posible candidato es el pobrecito de said, pero no se, bien esa persona podria ser coaccionada o no. tambien se me habia ocurrido que se lo este diciendo a salengi, pero que se oculte entre algo no es muy logico, por lo tanto, salengi puede cambiar a forma humana y aqui mi teoria bomba: aqui es donde entra la enfermera negra, salengi es esa negra o quizas vea fantasmas donde no los hay, pero es que estoy segurisimo
y no se, es que no ha pasado nada mas sobre lo que especular
casi se me olvida, lo de sus dos razones para vivir? y tor que es? sera sus tres razones, no? vale que no es lo mismo, pero no se.
y ya se me ha olvidado otra cosa........ bueno es igual, si me acuerdo ya te la dire
un gran capitulo
Lobo
Jajajaja me parto de risa con lo de la enfermera negra xDD, pero no es ninguna mala idea xDD. Ya se verá según se desarrolle la trama jeje.
EliminarMe hace feliz que te haya gustado, hombre en todos los capítulos no van a pasar cosas.. pero este sirve para explicar con más detenimiento el plan de Saeros y conocerle algo más. También conocemos un poco más sobre la personalidad de Daren, que aunque sea un poco chulillo en realidad es un niño grande xDD. Pero si, a veces hay que darle un par de yoyas xDD.
Un abrazo y gracias^^
Que genial capítulo! :3 Como siempre. Me ha encantado mucho cuando Saeros sale de la estatua y la calle que se parte en dos, eso fue genial.
ResponderEliminarPreferiría belleza, una melodiosa voz y quedar dormido cien años, jajajaja eso fue genial XD pero yo también preferiría eso :c XDDDDD
Y bueno fue muy gracioso que Daren sea medio lento para captar XDDD Saeros ha estado increíble con todos sus diálogos.
Que genial te ha quedado el capítulo :3 y la sombra del final, que emoción más nuevos personajes :3
Jajajaja, gracias por comentar! Me ha hecho mucha gracia tu comentario jaja, no es que Daren sea lento jaja es que está muy metido en si mismo y al estar en shock le cuesta creer lo que está viviendo jaja, pero Saeros es un capullo xDD.
EliminarUn besazo y gracias por leerlo y comentarlo^^
un capitulo magnifico,no se yo,pero creo que ha saeros me estan dando ganitás de ponerle voz,es que los villanos con sentido del humor me chiflan,me recuerda mucho ha Hades,pero me gusta muchó,yo prestaria mi voz encantado ha saeros :3
ResponderEliminarGracias, Fernando!!^^
EliminarSi hago algún tráiler contaré con tu voz para Saeros jaja
he hechó una pruebita de Saeros haber que te parecé dame tu correo y con gustó te la mando haber que te parecé :)
ResponderEliminarmiglvj@hotmail.es ;)
EliminarMe parece sencillamente maravilloso.
ResponderEliminarAtrapa. Te mueres por seguir leyendo. Es muy bueno.
Muy buena la puesta en escena de saeros. Muy conseguido su debut con el novato. Debut en cuanto a mostrar sus intenciones. Lo de la serpiente como complemento del malvado muy disney. El gato de la cenicienta o los animales que acompañan a los villanos.
Y me encanta como esta escrito y la historia. Los personajes son fantasticos y muy imaginativos.
Enhorabuena.
Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado^^.
EliminarLo del secuaz del villano es muy típico de Disney y como fan de los estudios siempre me dejo llevar un poco por esa magia a la hora de crear la historia jeje.
Un abrazo!^^
Antes que nada siento mi tardanza estoy en examenes finales :p
ResponderEliminarUn capitulo MAGNIFICO, de veras. Me has quitado la respiración en ciertos momentos, ya que me dieron mucha angustia. De verdad que mi odio a Saeros se va extendiendo cada vez más. Has logrado conseguir muy bien ese tipo de villano que hace que los lectores lo odien prfundamente y traten de apoyar al protagonista. Un capitulo muy intrigante y extraño, por un momento ni yo mismo me creí la llegada de Saeros, e incluso pense que era un sueño, pero luego recordando los capitulos anteriores descarté esa ide ade inmediato. Me encantaron los guiños de Disney, las conversaciones de Saeros y Salengi y la lentitud y torpeza de Daren XD. Sin duda alguna un capitulo muy bien logrado, y que se nota a la legua que estuvo hecho con ganas.
Enhorabuena!!
Jeje no te preocupes. a mi me pasa lo mismo con la mudanza!
EliminarJaja y gracias amigo! Me alegra que te guste! Estoy muy contento con la acogida a Saeros por parte de los lectores, es un villano que dará mucho que hablar y todavía no ha hecho más que empezar!
Un abrazo^^
Este capitulo me puso a pensar.
ResponderEliminarPobre de Daren ha de ser muy difícil lo que le esta pasando.
Yo creo que no soportaría vivir algo asi,matar o que dañen a mi familia.
Creo que es un dilemo muy complejo.
Pero matar es muy feo:( creo que has logrado que me adentre en los personajes.
Si tu fueras Daren que harías?
Excelente capitulo 10
Jaja, gracias Sandy^^! Por cierto me encanta tu avatar. Mulan es mi película favorita jeje.
EliminarPues yo creo que haría lo mismo que Daren.. es horrible, pero no permitiría que hicieran daño a mis seres queridos jeje.
Hola Tex!! Siento muchísimo haber tardado en comentar, pero estoy desesperada con exámenes finales y tal.
ResponderEliminarLeí el capítulo el lunes pasado y tengo que decirte que me encantó!! Con cada capítulo te superas aún más, y la ambientación en Madrid es una pasada, me encanta :D.
Jo, Saeros me chifla, está loquísimo!!! Y las referencias a Disney están totales.
Está muy bien redactado, es un placer leerlo.
Seguid así, espero con ansias el siguiente ;)
(Odio comentar con el móvil, es una patata :, ( )
Muchos besos y un abrazo!!
Jajaja muchas gracias, cariño! Y no te preocupes, lo primero son los estudios, ya verás como superas el curso sin problemas^^!! Un besazo enorme!!
Eliminar¡Hola Tex! Madre, bendito cacharro que has puesto debajo de la cabecera del blog, que de tener que buscar el capítulo entre todas las entradas... @_@ En fin, ya sé que comento tarde y todo éso, pero ¡me ha gustado mucho el capítulo 3 de Daren!
ResponderEliminarPor fin conocemos un poco más a fondo a Saeros. Se le ve un villano inteligente y perspicaz, debido a que se las ha apañado muy bien para acorralar a Daren, dejándolo entre la espada y la pared. Amenaza con dañar a Nana Dori y a Yera, dejando a Daren sólo e inmortal... ¡No se las ha apañado ni nada Saeros! >:(
Decir que el diseño de Saeros consigue transmitir escalofríos sin llegar a ser algo que provoque pesadillas, de modo que también es posible encariñarse con él. (Los malos extremadamente terroríficos no son buenos, dime, ¿quién se puede encariñar con, por ejemplo, la niña de The Ring? D:) Lo menciono porque comentaste que buscabas un diseñ oqeu asustase nada más verlo, y Saeros consigue inquietar un poco debido a sus dientes y sus ojos sin ser algo terrorífico, porque si lo fuera nadie se podría encariñar con el personaje.
Los diálogos de Saeros son muy divertidos, tiene ése aire de villano con un ligero sentido del humor XD Cómo se burla de Daren...
Mencionar también la gran entrada de Saeros, saliendo desde la Victoria Alada *-* ¡Creo que a partir de ahora ésa estatua me dará escalofríos! Menos mal que no vivo en Madrid D:
Daren va a ser un asesino T-T Jo... Pero supongo que no le queda otra opción. A ver quién es su primera víctima...
Y ése final tan intrigante... ¿A quién le hablaba Saeros? Algo me dice que será uno de los personajes "aliados" de Daren, un traidor... O una traidora. ¿Debería desconfiar de Yera o Nana Dori? <.< >.>
Pues éso, ¡me ha gustado mucho! Aunque me he quedado con la intriga de ése final...
Un saludo :3
Hola guapa! Que alegría verte de nuevo por aquí!. ¿Cómo te va todo?^^
EliminarMe alegra que te gustase el capítulo jaja, me he partido con lo de que es imposible encariñarse con la niña de The Ring, anda anda, si seguro que te encantaría peinarle esa mata de cabello xDDD.